domingo, 13 de marzo de 2011

Cómo cultivar un jardín biológico en casa

Si eres propietario de una casa que disponga de una pequeña parcela, es posible usar este terreno para el cultivo de un jardín biológico. El fin consiste en reciclar los elementos naturales y hacer uso de los productos biológicos, para destruir los organismos que afectan negativamente al vergel. Así, aprovechando la naturaleza, se puede generar una zona verde en la que todas las especies de plantas se desarrollen en armonía.

 

Para mejorar el suelo

 

El uso de productos químicos no es recomendable para perfeccionar las condiciones del suelo. La categoría y el vigor de las plantas está directamente relacionado con la calidad del suelo en el que crecen. En el ámbito de la jardinería, la tierra es el elemento básico de cualquier tipo de trabajo. Se trata de una estructura constituida por materia orgánica, restos vegetales y animales en distintas fases de descomposición, además de aire y agua. Por ello, requiere de nutrientes y fertilizantes que lo enriquezcan, fomentando la vida subterránea y el cultivo vegetal.

El mejor alimento para una plantación es el abono natural, pero es difícil de conseguir. A la hora de su aplicación, es importante no hacerlo sobre brotes tiernos, porque podría quemarlos. Si no se encuentra el abono natural, existe la posibilidad de recurrir al compost. Éste se puede fabricar a partir de desperdicios domésticos (como restos de frutas, verduras, mondas de patata, etc). Por otra parte, las hojas secas que caen de las plantas en el otoño, también son eficaces a la hora de aportar nutrientes al suelo. Hay que tener en cuenta que las hojas de las coníferas no son buenas, porque acidifican la tierra.

 

Los beneficios de las lombrices

 

Las lombrices son beneficiosas para un jardín. Permiten airear el suelo, mejorar su drenaje y aumentar la retención de agua. Para agudizar estos beneficios, además del compost o del estiércol, se pueden emplear otros materiales orgánicos como champiñones, algas marinas, restos de lana o virutas de pino. Se trata de acondicionantes del suelo, por su escaso contenido en nutrientes. Por ello, es preciso complementarlos.

Únicamente se podrá hacer uso de fertilizantes químicos si la tierra presenta importantes carencias que pueden provocar un pobre desarrollo de las plantas y flores. Es conveniente acudir a una tienda especializada y adquirir productos semibiológicos, puesto que son muy ricos en fósforo, nitrógeno y potasio, además de ser naturales.

 

 Hierbas e insectos

 

Muchas de las malas hierbas que prosperan en un jardín provocan la atracción de insectos. Éstos, a su vez, llaman la atención de los pájaros, por constituir su principal fuente de alimento. Así, es preciso eliminarlas cuanto antes para no poner en peligro la salud de un parterre. Hay que hacer desaparecer lo antes posible plantas como el diente de león, la amapola, la pajarita, el cenizo, la hiedra y la correhuela. También se han de exterminar el cardo cundidor, el laurel de San Antonio y el sauco rastrero.

Tampoco hay que permitir que hierbas de raíces profundas que se propaguen con rapidez crezcan libremente, puesto que podrían invadir el jardín.

Hay algunos animales que actúan como implacables insecticidas, por lo que resultan positivos como son las mariquitas, los pájaros o determinados escarabajos. El hecho de que vivan en el jardín, evitará el uso de peligrosos productos artificiales. Para atraerlos, se pueden colocar comederos


http://plantas.facilisimo.com/reportajes/diseno-jardines/como-cultivar-un-jardin-biologico_183732.html

Jose Orlando Rios Gomez          EES
C.I: 21319163

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